Desafortunadamente, son pocas las nuevas propuestas de lectura en formato digital creadas por agentes del sector editorial.
Y decimos «desafortunadamente» porque de ser así, probablemente, su calado sería mayor. Y estarían más próximos a los nuevos hábitos de consumo de contenidos de los lectores. Así como contribuyendo a su formación como lectores digitales con nuevas propuestas. Y todo eso retroalimentaría el mercado en general. En cualquier caso, como nunca esta tarde si la dicha es buena, compartimos algunas claves de la mano de Frania Hall, del London College for Communication, para The Literary Platform.
- Tener presentes los nuevos modelos de negocio. No es recomendable adaptar los modelos de comercialización tradicionales al entorno digital. Hay evitar dejarse llevar por la inercia de lo conocido y probar nuevas fórmulas.
- Considerar desde el principio la escalabilidad de un modelo de negocio en torno a un contenido digital independiente. Por ejemplo, un libro-app. Pensar primero en el contenido puede no ser siempre el mejor punto de partida.
- Entender la sostenibilidad y el ciclo de vida de un contenido digital en formato app. Aunque no necesite un almacén, requerirá de actualizaciones periódicas y de estrategias de marketing continuas.
- Invertir en I+D. Cada producto digital tiene que plantearse de una manera independiente. Hay que innovar continuamente a partir del conocimiento de la audiencia y del análisis de la experiencia del usuario. Y esto implica un costo.
Quizá con estas claves algún agente del sector se anime a probar con estas nuevas formas de contar historias. Si no, mucho me temo que serán otros los que se hagan con el mercado. O, en el peor de los casos (para ellos), que los lectores pivotarán hacia otro tipo de contenidos más alejados de lo que consideraríamos una propuesta editorial en formato digital. Algo que, de hecho, viene pasando desde hace tiempo.