Crecer rodeado de libros y favorecer el contacto con ellos tiene un efecto positivo en el desarrollo de las habilidades de alfabetización.
Compatir lecturas y conformar una biblioteca familiar son recomendaciones muy presentes en relación con la lectura. Especialmente, en las primeras edades. Estas prácticas favorecen el desarrollo del gusto por la lectura y de los hábitos lectores. Pues bien, el contacto con los libros en la infancia y la adolescencia favorece, además, el desarrollo de habilidades de alfabetización en la edad adulta.
Esta es la principal conclusión de un estudio desarrollado entre 2011 y 2015 en el marco del PIAAC. Es decir, el Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de los Adultos. En la investigación se analizaron los datos de una encuesta realizada a 160.000 adultos de 31 países. Y los resultados parecen no dejar lugar a dudas. Disponer de una buena biblioteca familiar puede dotar a los niños y jóvenes de habilidades equivalentes a las de graduados universitarios que no practicaron la lectura en la infancia. Además, sus beneficios van más allá de los que se obtienen de la educación de los padres. E, incluso, de sus propios logros educativos o laborales.
Eso sí, no todo vale, las bibliotecas tienen que estar dotadas de un mínimo de ochenta obras para ser efectivas. El impacto de variable del tamaño de las bibliotecas familiares sobre la alfabetización es importante. Además, lo es en todos los países participantes en el estudio. A lo que nosotros añadiríamos que tienen que ser obras de calidad e interés. Y, por supuesto, hay que leerlas y disfrutar de ellas en familia. Si no nos parece difícil hablar de resultados inequívocos. Los efectos ventajosos del contacto con la cultura en las edades iniciales en el desarrollo de las habilidades en alfabetización se pueden ver notablemente mermados.
Fuente: ScienceDirect.