Un estudio apunta ciertas diferencias en el efecto sobre el lector de las historias infantiles protagonizadas por personas y las protagonizadas por animales.
No soy muy fan de los «cuentos de valores para niños» (tirando a nada). Pero me parece interesante referenciar esta investigación sobre el impacto de las historias protagonizadas por personas y las protagonizadas animales antropomórficos en los lectores infantiles. Al parecer estas últimas no son tan efectivas como las primeras para promover la conducta prosocial* en los niños y niñas. La investigación de realizó con niños y niñas de cuatro a seis años. Curioso, ¿no os parece?
Presumiblemente, los lectores infantiles se sienten más identificados con los personajes humanos. Y es más fácil que transfieran el comportamiento de estos personajes a sus vida real. Los animales protagonistas, en cambio, aunque actúen como personas, no dejan de ser animales para ellos. Y como no se produce la identificación del lector, no se efectúa el aprendizaje de los valores que representan. Si bien, algunos lectores sí son capaces de hacer una correspondencia clara entre los humanos y los animales que actúan como tal.
Lo que los hallazgos sugieren es que podemos usar los cuentos para que los niños aprendan a ser prosociales. Si bien, si este es el objetivo, habremos de tener muy en cuenta quiénes son sus protagonistas. En cualquier caso, este estudio es el primero que se hace sobre este tema. Por lo que su responsables recuerdan que se necesita más investigación al respecto. Como, por ejemplo, medir otras variables del comportamiento prosocial. O comprobar si el efecto es extrapolable a lectores más mayores. Por el momento, no hay mucha certeza sobre estos hallazgos.
* La conducta prosocial se refiere a los actos realizados en beneficio de otras personas. Maneras de responder a éstas con simpatía, condolencia, cooperación, ayuda, rescate, confortamiento y entrega o generosidad.