¿Escuchar audiolibros dificulta el aprendizaje de mecánica lectora? Respondemos a una de las dudas que plantea la incorporación de este formato a la aulas. Y revisamos el potencial de los audiolibros como herramienta en este proceso.
Escuchar una historia, además de contribuir a la adquisición de vocabulario, afecta muy positivamente a las capacidades y a los niveles de comprensión lectores. De ahí el interés de los audiolibros como herramienta en el desarrollo de la lectura. La duda, tras su incorporación a las aulas, es si su uso es más recomendable una vez el lector ha aprendido la mecánica de la lectura. Si interfiere, de alguna manera, con este proceso. La respuesta es: «No». Incluso, pueden ayudar. De forma independiente o combinados con la lectura del contenido en formato texto.
Los audiolibros incrementan la adquisición de vocabulario. Y, por ende, la comprensión lectora (el 85% de lo que aprendemos lo hacemos a través del oído y la escucha). Esto sucede aunque esta práctica no incorpore el componente de decodificación que se da en los procesos de lectura de textos. Siempre y cuando la escucha sea atenta, claro. En este sentido, pueden ayudar a que los alumnos refuercen el aprendizaje de la mecánica lectora. E, incluso, que acaben siendo capaces de leer textos con una complejidad por encima de su nivel.
Los audiolibros irrumpen con fuerza en las aulas de todo el mundo.
Los audiolibros han traspasado la barrera de los nichos especializados. Desde 2015, su crecimiento ha sido imparable. Primero en Estados Unidos, después en el resto de los países del mundo. España, aunque más recientemente, también se ha involucrado en esta marcha. Y la oferta de audiolibros en español ha aumentado considerablemente, y subiendo. En este contexto, muchos centros los están incorporando para el aprendizaje en el aula. Más allá de su uso para ayudar a niños y niñas con dificultades visuales. O en sector de la enseñanza de idiomas.
La adaptabilidad de todo tipo de lecturas a las particularidades del usuario, la posibilidad de calcular los tiempos de consumo y la facilidad de uso han propiciado su extensión, además, entre los alumnos menos propicios a la lectura. Los audiolibros como herramienta para motivar en la lectura también tienen mucho interés. Y se les está sacando partido. De hecho, las plataformas de distribución de audiolibros están incorporando funcionalidades específicas para el público infantil.
Su crecimiento acelerado, además, tiene una correlación con la modificación de las prácticas de consumo de contenidos en las que la comunicación oral vuelve a tener una importancia capital. Así como con el desarrollo de la multitarea. Y con el juego que la variable de tiempo desempeña en la sociedad actual. Pero, al igual que con otros materiales de lectura para estas edades, la selección resulta clave para ofrecerles contenidos de interés que se adecuen a sus capacidades.