¿Cuáles son las implicaciones de la práctica de la lectura digital en el aprendizaje de niños y jóvenes?
Ayer tuve el placer de participar en el programa de radio «Planeta Biblioteca» de Julio Alonso Arévalo. Y hablamos mucho de las implicaciones de la práctica de la lectura digital. En la conversación, que os invito a escuchar, comentamos diversos aspectos. Pero siempre hay cosas que quedan en el tintero, así que me ha parecido oportuno aprovechar la coyuntura para hacer un ejercicio de memoria.
Las funcionalidades del soporte y la combinación de formatos.
En primera instancia, si pensamos en la lectura digital nos viene a la cabeza el soporte. Y, de una manera más específica, más allá de la experiencia tangible, las funcionalidades que incorporan los dispositivos para la práctica de la lectura: adaptación del tamaño de letra, cambios de tipografía, ajuste de la luminosidad de la pantalla, luz integrada, opción de lectura nocturna, sincronización entre diferentes dispositivos, disponibilidad diccionario, traductor y buscador interno para rastrear información de forma rápida y efectiva. Todas estas opciones enriquecen la práctica de la lectura en el entorno digital. Pero, aunque los dispositivos digitales responden a un uso muy intuitivo en sus aspectos básicos, hay que conocerlas y familiarizarse con ellas para sacarles partido.
Un segundo aspecto diferencial es el formato del contenido. Las propuestas digitales integran diversos formatos, en su mayoría audiovisuales. La imagen estática está muy presente gran parte de la producción editorial en soporte impreso: álbumes, cómics… Pero el audio y el vídeo es más residual, aunque lo encontremos en los libros enriquecidos con Realidad Aumentada, por ejemplo. De nuevo, estas opciones pueden promover una experiencia de lectura enriquecida, siempre y cuando estén bien planteadas y el lector tenga las habilidades necesarias para comprender distintos lenguajes. A los que, además, se suma la interactividad, que también está presente en la producción editorial impresa (por ejemplo, en los libros pop-up), pero que en el entorno digital amplía sus posibilidades y niveles.
Las decisiones múltiples y las gratificaciones inmediatas.
La interactividad tiene un efecto importante en el procesamiento cognitivo del lector porque le lleva a tener que tomar decisiones de forma continua para trazar un itinerario de lectura propio. Ha de elegir pinchar sobre un enlace o continuar con la lectura de un texto, optar por escuchar un audio o ver un texto o no… Los lectores se habitúan a saltar de un contenido a otro y se promueve la lectura fragmentada, que busca la gratificación inmediata. Además, lleva al lector a fijarse en detalles puntuales (concreción). Este comportamiento de lectura tiene muchas implicaciones a muchos niveles. Para empezar, modifica sus niveles de atención. Os invito a compartir impresiones al respecto…