Las niñas y los niños con trastornos del espectro autista a veces muestran retrasos en sus habilidades de lectura y alfabetización. Hoy revisamos los positivos efectos de la lectura compartida en este sentido.
La lectura compartida es beneficiosa en términos generales en muchos sentidos. Un estudio del Hammill Institute on Disabilities así lo ha vuelto a demostrar. En este caso, analizando los efectos de esta práctica en niños y niñas con necesidades especiales.
Según esta investigación, la interacción con el adulto tiene efectos positivos en las habilidades tempranas de niños en desarrollo. En concreto, se encontraron efectos positivos en términos de comprensión auditiva, comunicación expresiva y otros actos comunicativos.
De hecho, los avances en comprensión auditiva y comunicación expresiva pueden hacer de la lectura compartida una fórmula eficaz para otras habilidades de lectura de niños con autismo. Especialmente con niños con edades comprendidas entre los 2 y los 14 años (aunque el estudio abarcó hasta los 18). Y con padres y maestros como compañeros de lectura.
El impacto favorable de la lectura compartida se observó con mayor claridad en comprensión auditiva, participación (no comunicativa) y los resultados combinados que incluyeron actos comunicativos y no comunicativos.
Se observaron también diversos resultados de menor grado para las habilidades de comunicación expresiva. Según este estudio, para futuras investigaciones se debería estudiar cómo los niños y niñas con trastornos del espectro autista pueden recibir apoyo para participar plenamente en actividades de lectura compartida. En este caso, con especial atención a los métodos que respalden la comunicación expresiva y la comprensión auditiva.
La lectura compartida vuelve a demostrar sus efectos beneficiosos. Esta vez, con niños con autismo. Una actividad a tener en cuenta una vez se haya diagnosticado este trastorno y comience su proceso de educación formal.
Fuente: Sage Journals.