La inteligencia artificial ya puede evaluar el nivel de lectura del alumnado.
En concreto, hablamos de la herramienta Lexplore Analytics, un desarrollo innovador de evaluación de la práctica de la lectura. Gracias al seguimiento ocular y la inteligencia artificial, en solo un par de minutos, se puede saber el nivel de lectura de un alumno o alumna.
Los movimientos oculares pueden ofrecer información valiosa sobre los complejos procesos cognitivos y lingüísticos que hay detrás de la lectura. Al medir cuándo, dónde y cómo se mueven los ojos de los lectores, se puede detecta la forma de procesar un texto.
Los maestros también consiguen una visión única de las capacidades lectoras de su alumnado. Tanto de la práctica de la lectura en voz alta como de la lectura en silencio. Datos en tiempo real para la intervención personalizada en el proceso de alfabetización.
Gracias a esta herramienta, los estudiantes con problemas de lectura pueden identificarse rápida y fácilmente. Así, los maestros pueden actuar de inmediato para enfocar mejor su formación lectora.
Por ejemplo, los ojos de un niño o niña con una alta capacidad de lectura generalmente se mueven a través de un pasaje de texto con movimientos cortos y rápidos. Mientras, los de un niño o niña con una capacidad de lectura más baja tienden a moverse mucho más lentamente, y pueden fijarse en palabras individuales.
El análisis de las diferencias en el movimiento ocular permite evaluar la eficacia con la que los principales procesos involucrados en la lectura funcionan juntos.
Por tanto, este tipo de tecnología no solo ayuda a identificar a los niños o niñas con dificultades lectoras, como la dislexia. Incluso, antes de que hayan desarrollado sus habilidades de comunicación total. También facilita a los maestros evaluar con precisión al alumnado con capacidades de alfabetización extremadamente bajas. Esto incluiría problemas con la velocidad de lectura, dificultades con ciertos sonidos e, incluso, falta de confianza para leer en voz alta.
Imagen: Lexplore Analitycs.
