Leer un tweet constituye un acto de lectura, al igual que dedicarle horas a una novela. Es como comer un snack rápidamente o disfrutar de un menú de tres platos; en definitiva, estamos comiendo. Pero, ¿qué es lo que nos hace decidirnos por una lectura rápida o una lectura pausada?
Andrew Rhomberg, fundador de Jellybooks, nos ofrece algunas ideas de por qué los lectores elegimos hacer una lectura rápida o pausada en según qué caso a través de un artículo para Digital Book World.
Según Rhomberg, los lectores voraces que apuestan por la lectura rápida suelen ser fans incondicionales de algún género o subgénero, como la literatura romántica, que les genera unas altas dosis de adicción y les provoca que no puedan parar de leer hasta que terminan la obra que están leyendo. Este tipo de efecto también lo provocan algunos autores y autoras muy admirados o queridos por el público lector.
El perfil del lector que opta por lectura lenta es más difícil de definir. Puede que tarde un mes en leer una obra porque la empieza y no la vuelve a tocar en días; o bien porque sea del tipo de lector que cada día dedica sólo una pequeña porción de su tiempo a la lectura. También puede pasar que se trate de una obra con una temática compleja y un marcado estilo literario, una novela exigente que cueste más digerir. En estos casos, algo más de un diez por ciento de los lectores abandona la lectura, no porque se trate de una obra mala o porque no la esté disfrutando sino porque prefiere algo más digerible.
Los dispositivos de lectura digital y el resto de tecnologías que nos rodean, sin duda, arrojarán poco a poco más luz sobre los gustos y los hábitos de los lectores, que permitan conocer las razones por las que optamos por hacer una lectura rápida o una lectura pausada, mientras estaría genial que nos dieseis vuestra opción al respecto.