En las primeras edades es común que los niños y niñas nos pidan que les leamos una y otra vez la misma historia. También que no nos pasen ni una si cambiamos algo. Además de una experiencia cargada de afecto y diversión, la relectura es muy beneficiosa desde el punto de vista de adquisición de vocabulario.
Hoy recuperamos en este espacio de debate en torno a la lectura y el lector infantil y juvenil los resultados de estudios en torno a los beneficios de la relectura en la infancia.
Los niños y las niñas aprenden nuevas palabras en distintos tipos de situaciones de su vida diaria, incluidas las actividades de lectura compartida. Hay estudios que demuestran que los niños aprenden más palabras nuevas si se les leen los mismos cuentos en repetidas ocasiones que si se les leen cuentos diferentes, aunque contengan el mismo vocabulario. Uno de ellos fue realizado con niños de tres años, y constató que los niños a los que se les habían contado solo un cuento recordaban mejor las nuevas palabras que los niños a los que se les habían contado historias diferentes, aunque ambas tuvieran las mismas palabras nuevas.
Los seres humanos somos capaces de aprender un enorme número de palabras a lo largo de nuestras vidas. Este aprendizaje puede ser notablemente rápido bajo las condiciones adecuadas, siendo muchas veces suficiente una sola exposición a la nueva palabra para inferir su significado (fast-mapping = “mapeo rápido”). Sin embargo, se ha demostrado que la repetición contextual influye en el aprendizaje de palabras nuevas, tanto en la experiencia de lectura compartida como en otras situaciones.
Es decir, que los estudios revisados sugieren que los mismos mecanismos cognitivos apoyan el aprendizaje de una palabra en una variedad de situaciones. Una información de sumo interés para reforzar el aprendizaje de nuevos conceptos en las primeras edades.