Resultados de un estudio destacan algunas particularidades de la lectura compartida entre padres e hijos en formato digital.
En las primeras edades, la situación más común de los niños frente a las pantallas es la de espectadores. Una imagen que, salvo en circunstancias concretas y forma puntual, no es recomendable. Al igual que en papel, en la pantalla hay que acompañar a los prelectores para que la lectura resulte beneficiosa. Pero teniendo presente que la lectura digital, incluso compartida, tiene algunas particularidades.
Así, es fácil que los mediadores (padres y madres, principalmente) encuentren en las lecturas digitales menos oportunidades para interactuar. La música, la narración en voz alta, los elementos interactivos… pueden motivar que estén más pasivos en los momentos de lectura compartida. Y hay que tener muy presente que es un mecanismo importante para promover el desarrollo del lenguaje. Y que eliminarlo podría terminar siendo perjudicial para el desarrollo de la alfabetización.
Si bien pensamos que lo importante es el contenido y no el soporte (libros, smartphones, tablets…). Y que cada canal tienen ventajas e inconvenientes. Y recomendamos que lo mejor que podemos hacer por nuestros niños es inculcarles el gusto por la lectura y promover el desarrollo de hábitos y destrezas lectores… en papel y en pantalla. Nos parece importante resaltar los resultados de este estudio para que los mediadores los tengan presentes a la hora de compartir lecturas en soporte digital.
El desarrollo de habilidades para la lectura digital es algo necesario en la sociedad actual. Además, la práctica de la lectura en pantalla puede suponer diferentes beneficios para los lectores en las primeras edades. Por ello es bueno promover interacciones naturales y progresivas de los niños con la tecnología. En el caso de los prelectores, en compañía del adulto mediador. Eso sí, teniendo muy presente lo que no puede aportar que sí encontrarán en los libros en papel.
Imagen cortesía de Pixabay.
