Muchas bibliotecas están llevando a cabo diferentes iniciativas para promover el aprendizaje familiar entre sus usuarios.
Realizar actividades educativas en familia (leer, conversar, dibujar) tiene múltiples beneficios. Esto es debido, en gran medida, a un ingrediente especial: el de los afectos. Además, si los padres se acercan a nuevos conceptos, como los derivados de la eclosión de la tecnología, con entusiasmo, es más probable que sus hijos crezcan con sed de conocimiento sobre estos temas. Conscientes de la importancia de estos hechos, las bibliotecas llevan años diseñando actividades para promover el aprendizaje familiar. Y hoy se ha publicado un post en el blog de Universo Abierto sobre un estudio en torno al tema.
En el informe se analiza el concepto de aprendizaje familiar y se describen las diferentes tipologías. Además, se enuncian los beneficios que suponen para niños y adultos, para el núcleo familiar y el conjunto de la sociedad. Y se recopilan algunos ejemplos de buenas prácticas. Entre ellos, vemos actividades que implican a los padres en el fomento del interés por la lectura y del uso de la biblioteca. Y también iniciativas para apoyar a los padres en el desarrollo de alfabetización digital temprana y en el uso de las pantallas como herramienta de aprendizaje.
El documento se cierra con unas pautas básicas para dar los primeros pasos en su desarrollo. La primera recomendación: identificar las necesidades de la comunidad de usuarios. En segundo lugar se sugiere implementar el enfoque del aprendizaje familiar en la programación y los servicios existentes. Y, siempre, identificar los objetivos y medir los resultados. En el caso de que se diseñen nuevas propuestas, es clave hacerlo a la medida del público objetivo. Y, obviamente, teniendo presentes las posibilidades de cada servicio bibliotecario. Finalmente, la última recomendación es tener muy presente la tecnología.
Podéis acceder al informe completo a través de este enlace.
Imagen cortesía de Pixabay.