Recientemente han proliferado los ejemplos de formatos digitales desarrollados con el objetivo de expandir las experiencias de lectura analógicas. La Realidad Aumentada es una de las tecnologías más demandadas en este sentido.
Cuando los formatos digitales aterrizaron en el sector editorial empezamos a ver traslaciones de contenidos editoriales en papel al formato digital. Esto es, en realidad, lo que se venido denominando libro electrónico, libro digital o ebook hasta ahora. De forma paralela, se empezaron a desarrollar propuestas estrictamente digitales. Estos, dependiendo de los casos, adoptaron un planteamiento más o menos pegado al de la edición en papel. Ahora, en la presentación de casos de éxito de From Paper to Screen A Transbook Conference hemos visto con agrado una proliferación de desarrollos digitales concebidos para expandir las experiencias analógicas de lectura.
Es interesante ver que cómo los editores, los diseñadores gráficos, los creadores y los desarrolladores han evolucionado. Afortunadamente, parece que cada vez intentan menos que los contenidos digitales copien o reemplacen a los libros en papel. Sino que han optado por explorar las formas de que los complementen y enriquezcan. Estos nuevos formatos transforman la lectura en una experiencia multisensorial. Y la tecnología digital abre las puertas a una nueva creatividad en formatos físicos.
Por encima de la elección entre el formato papel y el formato digital, cada vez existen más sinergias entre diferentes formatos. Estos, además, se enriquecen mutuamente, y combinan experiencias de lectura. El objetivo ya no es lograr una adaptación completa y fiel de un libro al soporte digital. El objetivo es ofrecer un tipo diferente de proyecto de alta calidad. Y el fin último es transformar la experiencia de lectura. Esto tiene mucho sentido, además, desde el punto de vista del modelo de negocio. La realidad es que sigue siendo muy difícil desarrollar un proyecto exclusivamente digital que sea viable desde un punto de vista económico.
