Un nuevo estudio de la American Academy of Pediatrics viene a confirmar que la práctica de la lectura en voz alta previene y aplaca las conductas disruptivas.
A todos (pequeños y mayores) nos gusta que nos cuenten historias. La lectura en voz alta, además, tiene múltiples beneficios. Y se utiliza, desde hace tiempo, para aplacar conductas disruptivas en el aula. Así, muchos docentes consiguen extinguir este tipo de conductas (desafortunadamente, cada vez más comunes). Paran el ritmo de la clase y le cuenta una historia a sus alumnos.
Un informe publicado recientemente por la American Academy of Pediatrics ha venido a confirmar la utilidad de esta práctica en este tipo de circunstancias. Pero también cómo puede contribuir a prevenirlas.
En la investigación ha participado 675 familias con niños de 0 a 3 años. La muestra ha practicado la lectura en voz alta con sus hijos durante este periodo previo a la escolarización obligatoria. Los resultados de las investigación demuestran que los niños y niñas participantes mostraron mayores niveles de atención y concentración cuando comenzaron su etapa escolar.
Además, como hemos comentado en múltiples ocasiones, compartir lecturas con los niños desde las primeras edades estrecha el vínculo afectivo con sus progenitores. Y favorece el desarrollo de su imaginación y de su empatía. Incluso, previene la hiperactividad. A lo que podemos sumar que favorece la adquisición de vocabulario y el aprendizaje de la lectura.
Este tipo de fórmula es muy útil también en el entorno escolar. Y no sólo para aplacar este tipo de conductas (tal y como hemos avanzado) sino para prevenirlas. Destinar un tiempo de la duración de una clase a la lectura en voz alta mejora la atmósfera del aula. Y, por supuesto, favorece el desarrollo de la compresión lectora.
Podéis acceder al informe completo a través de este enlace.