¿Cómo puede la literatura infantil favorecer la adquisición de la lectura? Abordamos algunos aspectos clave.
Un 20% de los jóvenes de los países desarrollados llega a la edad adulta con un nivel de lectura que no es eficaz para su vida, según la OCDE. De ahí que nos parezca de interés apuntar qué hay que trabajar y desarrollar para conseguir una lectura eficaz, según los estudios disponibles. En otros términos, abordar la adquisición de la lectura desde la evidencia científica. Eso sí, de la mano de la literatura infantil.
Comprensión del código alfabético.
El primero de los tres hitos en el aprendizaje de la lectura es la compresión del código alfabético. Los niños y niñas tienen que aprender a establecer relaciones entre las letras y los sonidos de forma analítica. Y hacerse conscientes de que las palabras se forman con sonidos y letras. En otras palabras, tienen que entender su código alfabético e interiorizar la naturaleza del sistema ortográfico de su lengua. Si se detecta alguna incidencia en esta fase de decodificación, es fácil que haya algún problema. Por ejemplo, dislexia.
En esta fase de prelectura, para la consecución de este objetivo, resulta de especial interés proporcionarles libros atractivos a través de los cuales se familiaricen con el alfabeto y con conceptos básicos. También se puede recurrir a contenidos digitales. Un ejemplo en esta línea que ha pasado por nuestras manos recientemente es ¿Dónde estás?, reconocido con «cinco guisantes» por el sello «Mejor en verde…«. Un libro-juego que, entre otras cosas, promueve el aprendizaje de las vocales de una forma enormemente atractiva.
Adquisición del conocimiento ortográfico.
El segundo hito del aprendizaje de la lectura es la adquisición del conocimiento ortográfico. En otros términos, la memoria de todas las representaciones ortográficas que el lector va viendo. Los lectores memorizamos estructuras de palabras que vamos viendo repetidas. Y estas estructuras, cuando las vemos, nos activan palabras. Este conocimiento nos permite leer con fluidez y diferenciar unos términos de otros. Por eso, cuanto más y más variado leamos, mejor, porque tendremos mayor calidad léxica, y las estructuras se grabarán mejor en nuestra memoria.
Los niños y niñas tienen que tener un menú variado de propuestas para favorecer esta fase del aprendizaje de la lectura. Muchos lectores infantiles tienen al alcance de su mano cuentos, pero no hemos de olvidar otros géneros menos comunes, como, por ejemplo, la poesía. Uno de los primeros poemarios en recibir un reconocimiento por parte del sello «Mejor en verde…» ha sido De boca en boca y río porque me toca. También hemos de poner a su alcance obras de no ficción, por ejemplo, esta sugerente propuesta que también ha sido reconocida por este sello: ¡Mira otra vez! Una nueva mirada a los opuestos. Y contemplar los materiales de lectura en otros soportes. De nuevo, la máxima en la selección de lecturas debe ser la adecuación y la calidad de las propuestas.
Comprensión del texto.
La última fase del aprendizaje de la lectura es la compresión del texto. La automatización de la lectura no garantiza la comprensión. Los niños y niñas que comprenden bien los textos son capaces de hacer inferencias, generar ideas nuevas y nuevas relaciones de contenidos. Estos niños y niñas tienen unas características concretas. Para empezar, construyen un modelo mental de la situación mientras leen. Además, conocen más el significado de las palabras que leen y la gramática. Y tienen un conocimiento base sobre el tema y son capaces de activarlo. Para favorecer unas funciones ejecutivas elevadas en esta fase, la principal recomendación es leer diariamente. De nuevo, es fundamental, contar con las mejores propuestas. El ejercicio de la lectura tiene que ser motivador en sí mismo, más allá de la dinamización externa.
__________
Este artículo está basado en la intervención de Joana Acha en el encuentro «Las pruebas de la educación», organizado por la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco en noviembre de 2018. Joana Acha es profesora en la Universidad del País Vasco y autora de numerosos trabajos de investigación publicados en revistas científicas internacionales. En su intervención, que os invitamos a ver, Acha aborda también las implicaciones educativas de lo comentado. Y describe cómo es posible optimizar las estrategias de intervención en función de la edad y la habilidad lectora de cada persona.