Hay muchas cuestiones a tener en cuenta en relación con lectura digital y público infantil y juvenil. Diferentes investigaciones y estudios han mostrado su preferencia por el formato impreso, así como los inconvenientes que plantea el soporte digital en lo que respecta a compresión lectora; sin embargo, es una realidad que los niños y jóvenes, nativos digitales, se enfrentan a la necesidad imperiosa de adquirir competencias en lectura digital.
La alfabetización digital es un tema, en muchos sentidos, pendiente o supeditado, en gran medida, a iniciativas con carácter puntual, que distan de ser suficiente para el desarrollo de habilidades que permitan a los lectores enfrentarse a la lectura digital de forma autónoma y crítica, en un momento, además, en el que está teniendo lugar una proliferación de propuestas de lectura digital de índole variada, y se está produciendo una transición hacia los libros de texto digitales.
Ayer leíamos en Good e-Reader un artículo de Mercy Pilkington en el que hablaba sobre estas cuestiones y sobre el hecho de que, más allá de cargar tintas contra los libros digitales, hemos de tener presente que el lector de tableta tiene que hacer un importante ejercicio de disciplina para evitar ser seducido por las múltiples posibilidades que ofrecen estos dispositivos más allá de la lectura.
Pilkington se refería además a una entrevista al autor Rick Riordan en la que manifestaba su interés por las posibilidades que ofrece el desarrollo de lecturas digitales en lo que respecta a la implicación del lector y a su apropiación de la historia; así como de su interés por participar de estos desarrollos y contribuir a la alfabetización digital de sus lectores a través de sus nuevos proyectos en formato app.
La conversación tuvo lugar en BookExpo America, que se ha desarrollado la pasada semana en Nueva York. Podéis acceder a esta noticia a través de este enlace.