La vuelta a la rutina es difícil para todos, pequeños y mayores. Y en el maremágnum de puesta al día, es fácil que se escapen algunas cosas importantes que se deben tener presentes de cara a la vuelta al cole de niños y jóvenes.
Las emociones respecto al final de las vacaciones de verano son muy variadas y variopintas. Hay personas al borde de la depresión y otras ansiosas por volver a la rutina. En la infancia y en la adolescencia pasa lo mismo. Y lo más habitual es que los chicos tengan sentimientos encontrados sobre algunas cosas.
Por una parte, y en gran medida, tristeza por el final de las actividades veraniegas. Por otra parte, emoción por el reencuentro con sus compañeros de clase. A lo que se suele sumar cierto nerviosismo ante un horizonte de nuevos retos.
Son tantos los preparativos que hay que hacer en estas fechas, que pueden eclipsar algunas cosas importantes que los padres deben tener presentes de cara al comienzo de curso.
Por ello, hemos hecho este recopilatorio a modo de recordatorio, para que, entre las compras de libros, uniformes…, la programación de clases de refuerzo y actividades extraescolares…, se tenga presente:
1. Hablar con los chicos
Sí, sí, hablar (el que ya lo tenga sistematizado, puede tachar este recordatorio). Hay que sacar tiempo para hablar con los chicos de la vuelta al cole. Comentar los cambios e involucrarlos en la toma de decisiones que implica. No importa la edad que tengan, es importante que vean y sientan que tienen responsabilidades al respecto. Y no sólo relativas a cuestiones prácticas.
En estas conversaciones hay que identificar sus sentimientos al respecto y medir su intensidad. Hay que hablar con ellos sobre los aspectos que les resultan más positivos, sobre los que les preocupan especialmente y de cómo se les puede apoyar para que los enfrenten y afronten sus nuevos retos.
2. Mostrarles empatía
En las conversaciones que surjan o se motiven sobre la vuelta al cole es importante, además de escuchar a los chicos, mostrar empatía. No es recomendable intentar minimizar sus sentimientos de tristeza al despedirse de sus amistades de verano, o su nerviosismo por las presiones académicas del siguiente curso.
A todos nos agrada percibir que nuestros sentimientos se ven importantes para los demás, también a los chicos. Incluso, puede ayudar a darles más seguridad y reforzar sus capacidades para gestionarlos. En este sentido, se puede proponer hacer una lluvia de ideas para encontrar posibles soluciones a sus problemas y pensar cómo abordar sus desafíos.
3. Revisar sus responsabilidades
Los ritmos de las vacaciones de verano suelen ser laxos. Por ello, es recomendable aprovechar el comienzo de curso para revisar funciones y responsabilidades. Repasar las dinámicas familiares de convivencia del día a día para determinar los derechos y deberes de cada uno, identificar las necesidades para llevar bien el ritmo del curso y establecer las medidas oportunas…
Y, de nuevo, hay algunas cosas que es bueno que se hagan con ellos. Aspectos como determinar la hora de ir a dormir para conseguir un buen desempeño es algo que resulta positivo establecer a través del diálogo. Así los chicos entenderán mejor las razones y sentirán que también es su responsabilidad asumir la decisión.
4. Ir poco a poco
Esto es algo que todos solemos tener muy presente. No es fácil madrugar después de varios días levantándonos cuando nuestro cuerpo nos lo pide. Ni dormirse temprano si nos hemos acostumbrado a trasnochar para disfrutar de las noches de verano. Tampoco retomar todas las rutinas del día a día.
En el caso de los chicos, además, el periodo de vacaciones ha sido muy amplio con lo que es necesario recuperar el ritmo poco a poco. Quedan unos días para el comienzo de curso y es importante ayudarlos a prepararse para ese día desde ya para minimizar el impacto de los cambios.
5. Hacerles un chequeo
Mens sana in corpore sano. Cualquier momento es bueno para hacerse una revisión. El comienzo de curso también. Es como poner a punto el coche antes de un viaje. Y si sale a luz alguna cuestión que pueda afectar a su desempeño escolar, podremos transmitírsela a los profesores cuando comiencen las clases para que la tengan presente o nos trasladen sus recomendaciones.
6. Apoyar sus relaciones de amistad
Los amigos son uno de los elementos clave de la vuelta al cole. Los retos son siempre más llevaderos si se cuenta con un amigo. De hecho, los chicos que tengan amistades consolidadas estarán deseosos de reencontrarse con ellas después del verano y de ponerse al día. Y lo harán por sí mismos.
Pero en el caso de que no las tengan (por ejemplo, porque estén enfrentando un cambio de centro), los chicos estarán inquietos por ver si harán nuevos amigos. Y si se detecta algún tipo de problema en este sentido hay que apoyarlos para que tracen nuevas relaciones. Y pensar en alguna idea que pueda ayudarlos.
7. Aliarse con la lectura
La lectura puede ser una gran aliada en la vuelta a la rutina. Y ayudar a los chicos a reducir el estrés de la vuelta al cole. Además de estimular su capacidad mental y prepararlos para la adquisición de aprendizajes académicos. Por ello, a los que estéis calentado motores para la vuelta a la rutina os sugerimos que busquéis tiempos y lugares para la lectura (libros, canciones, películas, apps…).
Y, si es posible, a diario. Cualquier excusa es buena para leer. Haced de la lectura algo accesible (con un espacio para la biblioteca familiar) y divertido. Y compartid lecturas en familia. Diez minutos de lectura compartida al día son más efectivos que las clases extraescolares o de refuerzo para apoyar la educación de vuestros hijos.
8. Y, por último, ser positivo y disfrutar con ellos los pocos días de vacaciones que les quedan.
Estas son sólo algunas cosas que pueden ayudar a enfrentar la vuelta al cole. Esperamos que os resulten de interés y os invitamos a compartir vuestras ideas e inquietudes respecto al comienzo de curso de vuestros niños y jóvenes.
Fuente: The New York Times.
Imagen cortesía de Pixabay.