A partir de los resultados de un informe publicado recientemente, ofrecemos algunas recomendaciones para el uso de pantallas estas Navidades.
La imagen de niños y jóvenes con un móvil o una tableta de la mano está muy extendida. Este hecho ha motivado una gran preocupación por parte de los adultos. Y ha generado algunas recomendaciones de diferentes investigadores sobre los tiempo de uso de este tipo de dispositivos en estas edades. Ahora, un estudio de las universidades de Oxford y Cardiff ha venido a demostrar la poca efectividad de estas medidas.
Según Andrew K. Przybylski y Netta Weinstein, responsables de esta investigación, las directrices con las que la mayoría de los padres controlan el tiempo de uso de dispositivos de sus hijos son demasiado estrictas. Y no hay evidencia de que esto sea beneficioso o para ellos. Del mismo modo que no está demostrado que dejar a los niños que usen estos cachivaches sea necesariamente perjudicial para ellos.
Este estudio se suma a una larga lista de informes en torno al impacto del uso de las nuevas tecnologías en la infancia. Unos con resultados en contra. Otros, por el contrario, con resultados a favor. Y que, en todo caso, dejan en manos del mediador (padre, madre, profesor…) la decisión final sobre el tema. Ante este hecho, ¿cuál es nuestra recomendación? Pues coincidimos con la opinión de Enrique Dans y otros medios: aplicar el sentido común.
¿Hay que controlar el tiempo que los niños utilizan los dispositivos digitales?
Por supuesto. Todos los aspectos que afectan a la educación de los niños deben ser objeto de control, como lo han sido siempre. Tal y como cuestiona Dans, ¿tiene lógica dejar que un niño juegue a todas horas? ¿Que vea la televisión de forma continuada? ¿O que coma compulsivamente? Todas las actividades de un niño deben ser objeto de un cierto nivel de control destinado a generar unos hábitos adecuados.
Pero para llevar ese proceso a cabo de forma adecuada es preciso tener presente que cada niño o joven es diferente. Y entender también que los dispositivos sirven para muchas cosas. Por ello, hay que establecer una conversación fluida en torno a los usos que hacen de la tecnología para detectar ventajas e inconvenientes. Y saber bien para qué sirven estos cachivaches para proponerles usos alternativos que enriquezcan su desarrollo. Y, en base a ello, establecer unas normas familiares.
Algunas recomendaciones:
- Identificar todas las actividades de interés para el niño que se pueden hacer con el móvil (u otro dispositivo). Por ejemplo, jugar, leer, practicar alguna habilidad… Y descubrir con él estas propuestas.
- Evitar que el móvil (u otro dispositivo) se use en situaciones familiares y afecte a la comunicación. Y, por supuesto, que se convierta en un objeto al que se acude de forma compulsiva cada pocos minutos.