Revisamos algunas ventajas de la implementación de tecnología de Realidad Aumentada en la creación de libros infantiles.
Ayer comentamos en este espacio que ha proliferado la creación de propuestas de lectura que combinan el soporte papel y el soporte digital. También apuntamos que muchas de estas nuevas formas de contar utilizan tecnología de Realidad Aumentada. Estas propuestas pueden suponer algunas ventajas o, siendo más precisos, aportar un valor añadido a una obra.
Un valor que, por ejemplo, puede constituir un reclamo para niños y niñas con menos interés por la lectura. Que los atraiga y que les proporcione una experiencia de lectura interactiva e inmersiva que mantenga su interés por leer. El añadido tecnológico puede, además, contribuir a que la práctica de lectura resulte más fácil. Un aspecto que también puede ayudar a que lectores más reticentes con menos habilidades tengan experiencias de lectura positivas.
En cualquier caso, que la Realidad Aumentada, u otra tecnología, pueda ser interés para enriquecer un proyecto editorial no significa que todas las obras sean susceptibles de incorporarla. La propuesta tiene que aportar un valor real, sino puede decepcionar al lector, entorpecer su lectura. Y terminaría siendo contraproducente. En otras palabras, tendría un efecto opuesto a lo comentado. Sin embargo, si el desarrollo está bien planteado puede tener un efecto favorable en el lector. Incluso, podría contribuir a que entendiera mejor la obra, además de constituir un reclamo.
Por otra parte, cada propuesta ha de valorarse de forma independiente. Cuando analizamos una obra con Realidad Aumentada hemos de contemplar la relación entre el contenido en papel y la propuesta digital. Si se complementan de forma adecuada, si se enriquecen el uno al otro. También habremos de valorar cómo resulta la experiencia de lectura en conjunto. Además de analizar el libro y la app de forma independiente.
Fuente: The Bookseller.
