Investigadores de la Universidad de Sheffield y de la Universidad Ruhr de Bochum han llevado a cabo un estudio que concluye que los momentos anteriores a las siestas son óptimos para el aprendizaje en bebés.
Contra todo pronóstico (o no tanto), investigadores de la Universidad de Sheffield y de la Universidad de Ruhr de Bochum han concluido que los momentos anteriores a las siestas (y no los posteriores) son óptimos para el aprendizaje en bebés. Este hallazgo resulta novedoso, y se contrapone a los de otras investigaciones al respecto que indican que cuando la mente y el cuerpo, especialmente la vista, han estado en reposo, es más fácil fijar aprendizajes.
En la investigación participaron más de doscientos bebés con edades comprendidas entre los seis y los doce meses, con los que se realizaron ejercicios con títeres que los niños repitieron. En el conjunto, la muestra que realizó descansos de al menos treinta minutos pudo recordar y reproducir con facilidad los juegos con títeres, en contraposición al resto, que no fue capaz de hacerlo.
No es un secreto que el sueño es una de las rutinas más beneficiosas para el ser humano. En los bebés, además, dormir activa el desarrollo y el crecimiento, por lo que no resulta extraño que las siestas ayuden a que los conocimientos se afiancen, y a que se activen la memoria a largo plazo y el aprendizaje en bebés.
Escuchar música antes de dormir, leer una historia, además de forjar hábitos y estrechar los vínculos afectivos entre padres e hijos, son actividades que abren el camino hacia un buen descanso, y según estos expertos también influyen en el aprendizaje en bebés. En este sentido, se plantea que puede ser muy beneficioso dejar dormir a un bebés tras una actividad estimulante, aunque se rompa su rutina del sueño.
Podéis consultar el estudio en este enlace.