La OCDE apunta en su último informa a la necesidad de apuesta por un aprendizaje permanente, inclusivo y de alta calidad.
El último informe de la OCDE “Skills Outlook 2021: Learning for Life” señala la importancia de una apuesta por un aprendizaje permanente y de calidad. Según este informe, los países deben intensificar sus esfuerzos para permitir que las personas continúen aprendiendo a lo largo de sus vidas.
Incluso antes de la pandemia, solo 3 de cada 10 adultos con bajo nivel educativo participaron en capacitación formal o en el trabajo. Un dato que contrasta con los 6 de cada 10 adultos con alto nivel educativo que sí lo hacen.
La pandemia también ha afectado a la actitud de aprendizaje de niños y jóvenes. Las interrupciones de las clases supusieron un descenso del progreso del desarrollo de su habilidades. A corto plazo, la pandemia podría provocar un aumento del abandono escolar prematuro.
A medio y largo plazo, una menor participación podría provocar que la generación actual de estudiantes no desarrolle actitudes positivas de aprendizaje. Sobre todo, en un momento de profundos cambios estructurales que requerirán que las personas mejoren sus habilidades a lo largo de su vida.
Para facilitar que cada vez más personas continúen aprendiendo y actualizando sus habilidades, el informe dice que los países deben enfocarse en tres aspectos clave:
- Situar a los alumnos en el centro del aprendizaje. Las oportunidades de aprendizaje diversificadas pueden mejorar la calidad de la educación y la formación. El diseño de políticas debe ser inclusivo, asequible, accesible y adaptable.
- Forjar habilidades para toda la vida. El aprendizaje permanente se basa en habilidades básicas sólidas, como la lectoescritura y la aritmética. Así como en la voluntad de aprender y el hábito de aprender. Las políticas deben aprovechar el poder de la tecnología y, al mismo tiempo, considerar los efectos que la tecnología puede tener sobre las desigualdades de habilidades existentes y la creación de nuevas.
- Coordinarse fuertemente para un aprendizaje inclusivo de alta calidad. Las políticas deben construir una sólida coordinación, gestión del conocimiento e intercambio de información para llevar el aprendizaje permanente a la escala requerida. Las políticas deben tener como objetivo mejorar los procedimientos de reconocimiento, validación y acreditación. Con ello se mejoraría la visibilidad y la transferibilidad de las habilidades enseñadas en estos programas.
Las políticas públicas deberían desempeñar un papel clave para facilitar tal aprendizaje permanente, eficaz, de alto nivel e inclusivo.
Fuente: OCDE.
Imagen de Max Fischer en Pexels.