Más allá del ocio, las apps pueden promover diferentes aprendizajes. Compartimos cinco claves para compartir apps en familia con este objetivo vía Joan Ganz Cooney Center.
Cuando pensamos en aplicaciones para niños, a menudo pensamos sólo en juegos. Pero las apps no sólo tienen una dimensión lúdica, también pueden proporcionar diferentes aprendizajes. A continuación, compartirnos cinco consejos para compartir apps en el entorno familiar con el objetivo de apoyar el aprendizaje temprano y el desarrollo de los niños.
- Jugar. Cuando nos dejamos llevar por el juego, mostramos nuestras emociones con honestidad, y se produce un tipo de aprendizaje único, porque los más pequeños ven y disfrutan la esencia de lo que realmente nos importa. Además, constituye una ocasión para que el niño realice preguntas y comparta sus aprendizajes.
- Leer. Al menos, quince minutos al día (en pantalla y en papel). La lectura desarrolla las habilidades lingüísticas y la alfabetización. También la comprensión y el pensamiento crítico, introduciendo al lector nuevos conceptos y ampliando su visión del mundo.
- Crear de contenido. Hay un amplio conjunto de apps que fomentan los instintos creativos de los niños; los motivan con diferentes tipos de tareas como, por ejemplo, la creación de historias a partir de una serie de elementos dados (escenarios, personajes…), dibujos animados, shows de televisión…
- Explorar el mundo exterior. Lejos de lo se pueda pensar a primera vista, hay muchas apps que promueven y complementan el contacto con el mundo analógico, que invitan a sus usuarios a explorar el mundo exterior y les permiten seguir adquiriendo conocimientos sobre él.
- Prepararse para nuevas experiencias. Finamente, y al igual que muchos libros, hay muchas apps que pueden ayudar a los niños a aprender a desenvolverse en la vida real familiarizándolos con nuevas experiencias: el primer día de colegio, el primer viaje en tren o un necesario corte de pelo.
¿Alguna otra idea que se os ocurra? Os invitamos a compartirla y a animaros con las apps.
Fuente: Joan Ganz Cooney Center.
