Con la lectura a los pies, ¿sí o no, cómo lo veis?

Con la lectura a nuestros pies

La tecnología ofrece múltiples posibilidades de acceso a la lectura y puede, incluso, ponerla a nuestros pies, pero ¿en qué punto está el lector?

 

Las informaciones respecto a la lectura digital en España no parecen muy alentadoras, ni en lo que respecta a los índices lectores ni en lo referido a la producción editorial. En el informe La Sociedad de la Información en España 2014 de la Fundación Telefónica, los resultados destacaban cómo la lectura se resiste a la digitalización, en contraposición a otras actividades culturales. El Estudio 3047 del Centro de Investigaciones Sociológicas también ofreció resultados en esta línea, con una identificación de sólo un 11,1% lectores digitales. En este contexto, ¿cómo se perciben los desarrollos tecnológicos que multiplican el acceso a la lectura, poniéndola, incluso, a nuestros pies?

Sí, sí, habéis leído bien, a nuestros pies. Hay en el mercado soluciones tecnológicas que permiten disfrutar contenidos en todo tipo de dispositivos. Los más asociados a la práctica de la lectura son los eReaders y las tablets. En el último año ha habido una tendencia muy fuerte hacia el consumo de contenidos en smartphones. Lo que en un principio nos pareció inviable, es cada día más frecuente. También empieza a ser común acceder a la lectura de contenidos en smartwatches y muchas empresas de contenidos han desarrollado apps para este tipo de tecnología wearable, que cada día está más extendida. E, incluso, se habla de las posibilidades del calzado, que pondría la lectura a nuestros pies.

 

 

Que sí, que sí, que habéis leído bien, que pondría la lectura a nuestros pies. La propuesta puede sonar disparatada, pero la realidad es que España está a la cabeza a nivel global en uso de múltiples dispositivos, adopción de nuevas tecnologías y consumo de contenidos audiovisuales, según la Digital Consumer Survey 2014 de Accenture; y según el citado informe del CIS, el 77,9% de los españoles se conecta a diario a Internet; y un 46,9% lee textos largos a diario en Internet (un 20,7% una o dos veces por semana, lo que nos situaría en un 67,6% de lectores frecuentes). Cifras que se corresponden con las vertidas en el informe Digital, Social & Mobile in 2015 de We are social, donde se identificaba a 35,7 millones de usuarios de Internet, que se traduce en una penetración de Internet del 77% (siete puntos por encima de la media europea).

Por tanto, con estos datos, ¿puede alguien afirmar que no acabaremos con la lectura a nuestros pies? Poder, puede, pero permítanos, al menos, dudarlo. La desbordante proliferación de contenidos en la Red ha motivado su consumo masivo. Pocas personas pasan un día sin “buscar algo en Internet” y consumir esa información, aunque cada vez sea más audiovisual y resulte fácil que un lector de este tipo de contenidos no asocie su consumo a la actividad lectora. Pero leemos en digital, eso que nadie lo dude, y puede que no quede del todo lejos el día que leamos en nuestros zapatos, ¿cómo lo veis?

 

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