La organización benéfica The Smith Family ha identificado los principales problemas que la crisis del COVID-19 está causando en los estudiantes más vulnerables.
Según esta entidad australiana se trata principalmente de problemas de salud mental, inseguridad alimentaria y brecha digital. Aunque se circunscriben al ámbito de aquel país, son perfectamente extrapolables a cualquier nación. La crisis sanitaria del COVID-19 ha aumentado el riesgo de que los estudiantes desfavorecidos se queden atrás con respecto a sus compañeros.
En un informe que han elaborado estos últimos meses han identificado ocho áreas clave que suponen una alarma para la educación de estos niños y jóvenes. Las ocho áreas son las siguientes:
- La “brecha digital” a la que se enfrentan las familias sin ordenadores o conexión a Internet, o en las que se tienen que compartir los dispositivos disponibles.
- Los desafíos de la educación en el hogar: la necesidad de establecer nuevas rutinas, las presiones financieras por el costo del material escolar, etc.
- El riesgo aumentado de que los estudiantes se desconecten por completo, particularmente aquellos que comienzan la escuela secundaria este año.
- El desempleo entre los estudiantes que se pagan sus estudios; sobre todo en grados medios y en grados universitarios.
- Los problemas de salud mental derivados de la situación de confinamiento: depresión, estrés, insomnio, ansiedad…
- La pérdida de apoyo familiar, que crea problemas anexos a los habituales en los estudios, así como sociales.
- La precariedad alimentaria de las familias con escasos recursos, algo que también incide en los resultados escolares.
- Los retrasos o las dificultades para acceder a los servicios de asistencia por parte de la administración.
Para The Smith Family, el apoyo a largo plazo para garantizar que las vidas de los estudiantes desfavorecidos no se vean aún más negativamente afectadas en el futuro por causa de la actual pandemia requiere de:
- La formación de los progenitores para que creen un ambiente rico de aprendizaje en el hogar y para que participen de manera activa en la educación de sus hijos.
- El uso de datos y la evaluación para rastrear el progreso de los estudiantes y personalizar el apoyo individual para cada estudiante.
- La utilización de la innovación tecnológica para probar nuevos enfoques que ayuden de manera más efectiva a los estudiantes.
Según señala la directora ejecutiva de The Smith Family, la doctora Lisa O’Brien, a medida que los estudiantes regresen gradualmente a la escuela, habrá que centrarse en las necesidades de los estudiantes vulnerables. Pueden requerir apoyo de aprendizaje adicional para compensar el tiempo perdido durante esta crisis. Es importante actuar ahora para que estos niños y jóvenes no se retrasen aún más.
Fuente: The Smith Family.