DEAR son las siglas para «Drop Everything and Read» (en español, Deja todo y lee), un tiempo para la lectura muy popular en países de habla inglesa, que constituye una de las claves para crear una cultura de la lectura en la escuela.
Por ley, el tiempo de dedicación a la lectura en el aula deberá ser un mínimo de treinta minutos, a lo largo de los cursos de Primaria. En algunas comunidades se ha concretado, por ejemplo, en treinta minutos de primero a cuarto y en cuarenta y cinco minutos de quinto a sexto del ciclo. Más allá de la legislación, esta propuesta puede ser la base sobre la que crear una cultura de la lectura en la escuela. En EE. UU. y en Reino Unido este tiempo se ha popularizado como DEAR (Drop Everything and Read; en español, Deja todo y lee) y aplica a cualquier asignatura. De hecho, es un momento para la lectura de toda la comunidad educativa (alumnado, profesorado, personal administrativo). Este tiempo puede ser, como se avanza, la base sobre la que construir esta cultura de la lectura, pero hay otras recomendaciones que se pueden tener presentes.
El conocimiento del lector es clave para construir una cultura de la lectura en la escuela.
El conocimiento de los lectores es fundamental. Recientemente leía un artículo en eldiario.es en el que un profesor manifestaba que un día «de buenas a primeras» se dio cuenta de que a sus alumnos no les interesaban lo más mínimo sus propuestas de lectura. Los niños y los jóvenes cambian de generación en generación de una forma más o menos perceptible. Por ello, puede ser interesante hacer una encuesta a comienzo de curso para conocer sus intereses y orientar las recomendaciones de lectura. También puede ser recomendable que completen un registro de lectura durante el curso. En algunos centros, el registro se refuerza con un desafío. Por ejemplo, leer 12 libros por curso (1 al mes). No se trata de algo obligatorio pero la fórmula suele alentar la práctica de la lectura. Y aunque haya alumnos y alumnas que no lo completen, la mayoría acaba leyendo más de lo habitual.
Acercar buenas lecturas a los niños y jóvenes también es fundamental para construir una cultura de la lectura en la escuela.
Poner las lecturas recomendadas cerca de los lectores también es un buen estímulo. Se pueden promover visitas y actividades en la biblioteca escolar, crear bibliotecas de aula, y alentar el préstamo. Pero también presentar, de tanto en tanto, alguna selección de propuestas en clase; leer un fragmento o un capítulo de alguna obra. Incluso, comentar con ellos nuestras propias lecturas, especialmente las de obras de literatura infantil y juvenil, pero también un artículo de interés, o un anuncio del metro. De nuevo, no sólo en las clases de lengua y literatura, y teniendo presente la variedad de tipologías y formatos disponible. El interés por la lectura es contagioso, pero hay que mostrarlo. Y en las primeras edades puede ser factible hacerlo también con las propias familias. Así que ahí la recomendación, alta y clara, querido (DEAR), Deja todo a un lado y lee.
Fuente: Tes.
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