Según un estudio, las lecturas de verano pueden reforzar las habilidades lectoras de niños y niñas si son ellos los que las eligen.
Un estudio llevado a cabo por el equipo de Erin Kelly, de la Universidad de Rochester en Nueva York, ha concluido que permitir a los niños y niñas elegir sus lecturas de verano puede reforzar sus habilidades de lectura y evitar un retroceso en sus capacidades durante el periodo estival.
El primer año participaron en el estudio treinta y ocho alumnos de segundo grado de las escuelas de la ciudad de Rochester. Una muestra de dieciocho alumnos asistió a una feria en la que pudo elegir sus lecturas de verano; el resto recibió su selección ya hecha por correo. El año siguiente participaron en el programa alumnos de preescolar a segundo grado. El grupo de muestra eligió sus lecturas y al grupo de control, aunque se le entregó una selección hecha, también se le permitió elegir un par de lecturas.
Las pruebas realizadas antes y después de las vacaciones de verano mostraron que los niños y niñas que seleccionaron sus lecturas de verano desarrollaron notablemente sus capacidades lectoras, en contraposición a aquellos que no pudieron elegir sus lecturas. De hecho, el segundo año de trabajo, en el que los alumnos del grupo de control también pudieron elegir algunas de sus lecturas, los resultados fueron mejores en ambos grupos, el de muestra y el de control.
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