Elegir lecturas es un aspecto clave del desarrollo del gusto por la lectura. Un hecho que tiene especial relevancia en la infancia.
De primeras, puede parecer que en la infancia, elegir lecturas es tarea del adulto mediador. Pues bien, lo es. Pero hemos de implicar a los niños y niñas en el proceso desde las primeras edades. Y, en algunas ocasiones, darles libertad absoluta en la selección de su próxima lectura. Esta es una de las fórmulas fáciles para promover la lectura y contribuir a la formación de lectores.
Por ello, nos hacemos eco de este artículo de Allison Varnes para Brightly, de Penguin Random House. En él, esta autora reivindica la importancia de que el lector seleccione sus lecturas a partir de su propia experiencia. Pero es fácil sentirse identificado con las escenas que describe en las que los adultos proporcionan a los pequeños lectores no las obras que querrían leer sino las que ellos consideran que deben leer.
Esta práctica puede resultar muy frustrante. Para que no lo sea, recomendamos a los mediadores que se valgan de la opinión de profesionales del sector, como los libreros o los bibliotecarios. Qué tengan presentes las opiniones de lectores con edades y gustos afines a los del niño o niña al que se le quiere hacer una recomendación o un regalo. Esto, gracias a la Red y al fenómeno booktuber resulta especialmente sencillo.
En el caso de que estemos en un entorno familiar. Pues lo más recomendable es permitir a los niños y niñas elegir desde edades tempranas. A lo mejor no el 100% de los libros que se vayan a comprar o a sacar en préstamo de la biblioteca. Pero sí alguno. En edades posteriores, la libre elección es indiscutible, eso sí. Gracias a ella se consolida el gusto lector y la práctica de la lectura, y los niños y niñas van forjando su itinerario e identidad como lectores.