Estudiar el cerebro en su mayor época de desarrollo ayuda a comprender un futuro comportamiento lector.
Esto es lo que se infiere de un estudio de la Sociedad de Neurociencia Cognitiva. Entre sus descubrimientos, señala la existencia de “un andamiaje estructural del cerebro en los bebés que sirve como base para la alfabetización”. Por tanto, el lenguaje y la lectura pueden refinar ese andamiaje cerebral preexistente. Hay también factores biológicos y ambientales que hay que estudiar. Con estos análisis, que descubren biomarcadores, se puede identificar, además, a los niños en riesgo de dislexia o con otros trastornos de aprendizaje de la lectura.
Los bebés de hasta 3 meses de edad podrían tener una infraestructura neuronal subyacente que ayuda a predecir el éxito en la lectura años después.
En el marco de esta investigación se escanearon los cerebros de ciento cuarenta bebés en riesgo de dislexia. Y se fueron analizando a lo largo del tiempo para estudiar los cambios en su estructura y funciones. Cuarenta y cinco de los sujetos observados han cumplido ya cinco y seis años. Los investigadores han mapeado sus escáneres cerebrales, realizados a través de resonancias magnéticas. Y han descubierto la existencia de ese andamiaje cerebral estructural en la infancia, que sirve como base al aprendizaje de la lectura. Otro descubrimiento importante es que las redes lingüísticas robustas se activan mientras los niños y niñas duermen si se les lee cuentos durante el sueño.
Este propuesta está alineada con la resultante de otro estudio que hemos compartido en este blog. Se trata de un informe elaborado por investigadores de la Universidad de Sheffield y de la Universidad de Ruhr de Bochum que concluía que los momentos anteriores a las siestas (y no los posteriores) son óptimos para el aprendizaje en bebés. Este hallazgo resultó novedoso. Y se contrapuso a los de otras investigaciones al respecto que indicaban que cuando la mente y el cuerpo, especialmente la vista, han estado en reposo, es más fácil fijar aprendizajes.
Podéis ampliar la información en el siguiente enlace al informe completo.
Fuente: Neuroscience News.
Imagen de Jelleke Vanooteghem en Unsplash.