Los niños prefieren las historias que responden a sus preguntas básicas de forma concreta.
Esta es la conclusión a la que ha llegado un estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology. Según sus conclusiones, los niños prefieren las historias que les explican cómo funciona el mundo que nos rodea. Una idea alineada con una de las características de la infancia: la curiosidad. Es fundamental que los niños hagan preguntas, y que estas sean respondidas. Además, si los padres y madres ofrecen a sus hijos e hijas libros que les resulten más interesantes, puede haber un incremento de su motivación para escuchar y la lectura compartida y, posteriormente, para la lectura autónoma.
Para demostrar esto, Margaret Shavlik, estudiante de doctorado y asistente de investigación en la Universidad Vanderbilt en Nashville, Tennessee, organizó dos sesiones con 48 niños de 3 a 4 años. Seleccionó dos libros infantiles sobre animales. Aunque ambos libros estaban dirigidos a la misma audiencia, diferían en su cantidad de información. En las sesiones, un voluntario adulto leyó los dos libros a los niños y luego les preguntó sobre su experiencia. Al comparar los resultados, se encontró que los niños parecían igualmente interesados y entusiasmados por cualquiera de los dos libros. Sin embargo, cuando se les preguntó cuál era su libro favorito, casi el 44% de los niños eligió el libro con más información, en comparación con el 29% que optó por el que ofrecía menos información.
La recompensa del aprendizaje y la comprensión del mundo puede ser clave en la motivación en la lectura.
Según Shavlik, encontrar la explicación de cómo funciona algo podría implicar la liberación de dopamina, que es la respuesta del cerebro al placer. Se trataría del placer de comprender algo. Cuando los niños buscan explicaciones y cuando finalmente entienden algo, se motivan al ver la relación que hay entre lo que escuchan o leen y lo que entienden. Por ello, resulta de especial interés ofrecer a los niños obras que den respuesta a sus preguntas. Y compartir la lectura para motivarlos en esta práctica.
Fuente: Frontiers in Psychology.
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