Un nuevo informe subraya que más disfrute y frecuencia de la práctica de la lectura supone un mayor rendimiento académico.
Las emociones nos mueven. Algo aplicable a la práctica de la lectura. De ahí que haya correlación entre más disfrute en su ejecución y mejores resultados derivados. También influye la frecuencia, obviamente. El movimiento se demuestra andando, en otras palabras. Un nuevo informe de realizado en el marco de la campaña Read on. Get On subraya este hecho. Lo hace a tenor de unos resultados que muestran que los niveles generales de disfrute de la lectura de los niños y niñas británicos y su frecuencia de práctica de la lectura mejoran. Los niños que disfrutan de la lectura tiene tres veces más probabilidades de leer fuera de la escuela a diario que los que no lo hacen (60.9% frente a 20.1%). Si bien, el informe también muestra que siguen rezagados con respecto a sus habilidades de lectura. Un hecho que presumiblemente podemos extrapolar a otras realidades como la nuestra.
El informe también ha puesto de manifiesto una reducción en la brecha de género. En el curso académico 2016/17 el 81.2% de las niñas de 11 años afirmó disfrutar de la lectura. El porcentaje de niños se situó en el 68.5% de los niños. En el curso académico 2017/18, en cambio, el 79.4% de las niñas de 11 años afirmó disfrutar de la lectura, frente al 70.4% de los niños. Es decir, la diferencia está en estos momentos en 9 puntos porcentuales, frente a los casi 13 del pasado curso. El porcentaje de niños de 11 años que disfruta de la lectura ha aumentado seis veces más rápido que el de niñas. Estas últimas, eso sí, superan a los niños en términos de capacidad de lectura. El 89.1% de las niñas puede leer al nivel esperado a su edad, en comparación con el 83.2% de los niños.
Fuente: The Bookseller.
