Los móviles se presentan como un territorio de enorme interés para el fomento de la lectura entre los jóvenes.
Los jóvenes están siempre conectados e interconectados. Según el informe La Sociedad Digital en España. 2017 de la Fundación Telefónica, el 86% de nuestros jóvenes posee un smartphone. Y lo usa como dispositivo de referencia para comunicarse y consumir contenido informativo y de entretenimiento (música, vídeo) en streaming. Además, este segundo uso es tendencia y está creciendo. Por ello, los móviles son una herramienta de especial interés para el fomento de la lectura, tal y como ponen de manifiesto instituciones relevantes. Y son varias la iniciativas que hemos visto en este sentido de un tiempo a esta parte.
Desde su uso más extendido como canal de prescripción de lecturas a través de las redes sociales. A la creación de herramientas y servicios específicos de recomendación. Algunos de los cuales incorporan desarrollos de última generación como la tecnología emocional, o la inteligencia artificial. O proyectos de fomento de la lectura que promueven la distribución de lecturas de interés y calidad a través de herramientas de mensajería de uso muy extendido de una forma periódica.
Y, por supuesto, se situaría en este marco la creación de contenido para este tipo de dispositivos. Desde la digitalización de contenidos editoriales en papel y su puesta a disposición de los lectores a través de apps de lectura. Al desarrollo de nuevas propuestas en formato libro-app. Pasando por la integración de lecturas en redes sociales utilizadas fundamentalmente por público juvenil. Y la puesta en marcha de servicios de lectura inspirados en las herramientas de mensajería utilizadas por los jóvenes.
Algunas iniciativas nos llegan del sector privado. Otras propuestas surgen de instituciones públicas como las bibliotecas. En todo caso, se evidencia un creciente interés por sacarle partido a estos dispositivos para el fomento de la lectura entre el público juvenil. Algo de lo que nos alegramos.