Ha llegado el momento de formar a nuestros niños para que sean más inteligentes que la inteligencia artificial. Pero, ¿cómo podemos afrontar este reto?
El impacto de la inteligencia artificial en nuestras vidas va a tener unas dimensiones difícilmente imaginables a día de hoy (al menos para mí). Cómo prepararnos para ello es un reto que muchos nos planteamos para el que todavía no hay muchas claves. Pero ¿podemos ser más inteligentes que las inteligencias artificiales?
Pues depende de qué entendamos por ser inteligentes. Para empezar. Pero sí me gustaría compartir la transición de ideas que he visto en los últimos años. En primera instancia, surgió un interés (casi desmedido) por la formación en computación, robótica… Una tendencia que aún hoy se mantiene. Sin embargo, están empezando a surgir otros movimientos que parten de la base de que no podremos competir con las máquinas en estos temas. Y que proponen enfocarse en los valores que las máquinas no van a desarrollar.
La cuestión es que no sabemos a ciencia cierta las posibilidades de las máquinas. Desde que empecé a estudiar el impacto de la tecnología en el sector cultural y educativo he asistido a la cita anual del festival SXSW. Un evento fascinante en el que se analiza el impacto de la tecnología en las industrias cultuales y creativas. Y este tema ha estado siempre muy presente.
Hace tres años el discurso se enfocaba, entre otras cosas, en la importancia de desarrollar la creatividad. A mi vuelta de Austin se dio a conocer la noticia de que una IA se había quedado a las puertas de ganar un concurso literario. El pasado año asistí atónita a una conversación entre una periodista y un robot humanoide en la que la IA dejaba sin argumentos a la primera en un debate sobre los límites de lo humano.
Mejorar nuestras habilidades en lectoescritura puede marcar la diferencia.
¿Por qué? Pues porque las IAs no pueden comprender la información, sólo hacen como que la entienden. Y los humanos sí podemos desarrollar esa habilidad. Esta es la idea que subyace al proyecto de Noriko Arai. Arai que quiere revolucionar el sistema educativo para que los humanos no pierdan la batalla laboral contra los robots. Y lo quiere hacer enseñando a los chicos a leer y escribir bien. Podéis leer sobre ello en esta entrevista publicada en El País. Por lo menos, tenemos por dónde empezar.