El informe Children and parents: media use and attitudes report 2016 de Ofcom recoge la postura de padres e hijos ante los retos de la Red.
En el terreno de la alfabetización digital son muchos los retos a los que nos enfrentamos. Conocer los hábitos de uso y las actitudes frente a la Red da claves para afrontarlos con éxito. A continuación, resumimos los resultados del informe Children and parents: media use and attitudes report 2016 de Ofcom, que si bien están basado en datos de usuarios de Reino Unido, aportan informaciones en línea con nuestra realidad más próxima.
Aumento del consumo de contenido en línea por parte de niños y jóvenes
El consumo de contenido en formato vídeo es central en la vida de los niños y jóvenes de las diferentes edades. La televisión es el dispositivo más utilizado para ello. Casi todos los usuarios infantiles y juveniles ven la televisión a diario (en gran medida ya a la carta). Además, ver la televisión es una actividad familiar importante. Sin embargo, la cantidad de tiempo que los niños y jóvenes pasan viendo la televisión está disminuyendo, mientras que el tiempo en línea aumenta. Cada vez más niños y jóvenes están disfrutando el contenido a través de tablets, smartphones y consolas de juego. Y cuando se les pregunta por sus preferencias, afirman preferir ver contenido en línea. En este contexto, YouTube es el entorno de destino para el consumo de contenido por excelencia.
Aumento de la disponibilidad de dispositivos móviles entre los niños y jóvenes
La posesión de tablets y smartphones por parte de los niños y jóvenes está aumentando. Son los dispositivos más populares para consumir contenido en línea, por delante de los ordenadores. Y cada vez antes, los chavales disponen de sus propias máquinas. Los 11 años constituyen un punto de inflexión. De forma acorde, el número de niños con un perfil de medios sociales se duplica entre los 10 y los 11 años. Llama la atención cómo hay niños con presencia en las redes a partir de los 5 años. Las subidas más fuertes se sitúan entre los 10 y 11 años, cuando el número de niños con perfil se duplica (del 21% al 43%), y entre 12 y 13 que aumenta veinticuatro puntos porcentuales (del 50% al 74%).
Aumento de la presencia en redes sociales por parte de niños y jóvenes
Llama la atención también el volumen de actividad y las horas (superando en algunos casos las nueve de la noche). También la importancia que dan a su impacto en las redes sociales. Algo que en algunos casos genera mucha presión por compartir contenido y conseguir feedback de su círculo de amistades. También alerta que muchos niños y jóvenes conectan con desconocidos, especialmente en entornos de juego. Facebook es la red en la que más niños y jóvenes tienen perfiles, pero el uso de otros servicios es creciente. Entre sus actividades favoritas está la creación de contenidos en formato audiovisual para compartir en línea. También afirman involucrarse en actividades cívicas. Además, en muchos casos, las actividades en línea se proyectan en actividades analógicas. Los libros también se hacen hueco entre los contenidos de interés de los niños a partir de los 6 años.
Apuntes finales
En este contexto, los retos son evidentes, y ponen la mirada en la alfabetización digital. Y es que todos estos datos no van en consonancia con la capacidad de enfrentarse a contenidos o utilizar dispositivos móviles de forma crítica, y preservando su intimidad, de los niños y jóvenes.
Para muchos, la fama digital está por encima de cualquier precaución. Incluso, los hay que inhabilitan los controles parentales, borran su historial o modifican su configuración para utilizar el navegador de forma privada. Para otros tantos, Google es un entorno absolutamente confiable al que recurren para obtener «información verdadera y precisa» sin ningún cuestionamiento. Sólo una minoría identifica y es crítica con la publicidad. Y muchos se ven expuestos a contenidos inadecuados o situaciones de acoso.
Los padres cada vez se muestran más preocupados por el tiempo y la actividad de sus hijos en línea. También ha aumentado la mediación en el uso de Internet de los menores. Pero no es suficiente para enfrentar todos los retos que se derivan de estos datos. Cada vez se hace más necesario trabajar la alfabetización digital desde los entornos educativos formales y no formales.
Podéis acceder al informe completo a través de este enlace.