Compartimos hoy en el blog la reflexión de Arantza Martín Becerro sobre el reto de integrar las TIC en el aula.
El e-learning hace tiempo comenzó a quedarse atrás para dar paso al m-learning o educación móvil. De este concepto nace otro nuevo: el u-learning o educación ubicua. Una fórmula que fomenta la educación tanto en el aula como fuera de ella, únicamente con un dispositivo móvil para poder acceder al conocimiento. Ambas fórmulas, en cualquier caso, surgen de los nuevos hábitos de consumo de contenidos. Y pretenden promover el aprendizaje activo y personalizado con ayuda de las TIC.
En este sentido, el uso de la mochila digital y de dispositivos móviles en las aulas se plantea con el objetivo de que los alumnos sean más participativos. Puesto que son herramientas que permiten a los alumnos compartir contenidos con el resto de compañeros. Y para favorecer este tipo de formación, tanto las empresas del sector del libro (editoriales, bibliotecas, etc.) como las instituciones educativas están trasladando sus contenidos a plataformas digitales.
Tanto los profesores como los alumnos encuentran en este hecho nuevos retos. Quizá el mayor sea para los docentes, que tienen que actualizarse de manera constante. Y son muchas las herramientas disponibles para el aprendizaje digital en las aulas. Pero también son muchos los inconvenientes que pueden surgir de su incorporación. El primero y más obvio es el factor económico; seguido de la formación del docente, aludida anteriormente. A estas barreras se suman las cuestiones de privacidad y protección de datos derivadas del uso de este tipo de dispositivos digitales.
En cualquier caso, los centros educativos y sus profesionales deben asumir que estas “barreras” han de ser superadas. Y para ello, numerosos especialistas ofrecen asesoramiento y formación. Y ayudan a todo aquel que lo necesite a solucionar sus dudas y adentrarse en los entresijos del aprendizaje digital.
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Imagen cortesía de Pixabay.