Recomendaciones para atender a personas con dislexia en los servicios bibliotecarios.
La dislexia es un problema de origen neurológico ligado a la herencia, que provoca trastornos en el aprendizaje de la lectoescritura, que afectan al desarrollo cognitivo y la educación, y tienen un gran impacto en aspectos emocionales y sociales. En el blog del grupo Baratz hemos encontrado unas pautas elaboradas por la IFLA para adecuar los servicios bibliotecarios a estas personas.
Esta Guía de servicios bibliotecarios para personas con dislexia propone algunos mecanismos para sortear las dificultades derivadas de este trastorno. Para empezar, disponer de herramientas que favorezcan el acceso a la letra impresa. Por ejemplo, reglas magnificadoras y obras que respondan a diferentes niveles de dificultad lectora. Pero también una colección variada de materiales en formatos que favorecen la lectura como los ebooks, los audiolibros, y las obras en formato Daisy. Las películas, la música y los juegos también pueden ser recursos de especial interés para este público objetivo.
¿Dislexia? ¡Bienvenido a la biblioteca!
En lo que respecta al espacio y su presentación, se debe plantear intentando facilitar su uso. Por ejemplo, situando los dispositivos y los materiales de lectura especiales cerca del mostrador de información con videos instructivos. También es recomendable instalar programas de lectura en Daisy y herramientas afines en el resto de dispositivos de la biblioteca. La página web y el catálogo bibliográfico deben ser accesibles.
Asimismo, se propone utilizar signos, pictogramas y etiquetas de fácil lectura en los espacios, las estanterías, etc. Y crear un folleto de bienvenida adaptado. U organizar una actividad especial de presentación de la biblioteca o talleres y cursos para este colectivo, así como eventos fuera de la biblioteca para conocer a las personas con dislexia en su propio contexto.
Desde la IFLA recomiendan, además, concienciar a todos los trabajadores de la biblioteca de esta realidad. Y capacitarlo para que pueda ofrecer una orientación básica a las personas con dislexia. Si bien, se propone dar una formación especial a aquellos que vayan a especializarse en atender a este colectivo. Y se apunta la posibilidad de crear la figura del bibliotecario personal. Así como de involucrar de forma activa a los usuarios con dislexia en el servicio bibliotecario.