Sobre una base de aprendizaje interactivo, las tabletas educativas pueden ayudar a los niños a acceder a lecciones divertidas sobre distintos temas.
La incorporación de pizarras digitales, tabletas educativas y materiales interactivos constituye una fuente de recursos didácticos que añaden un ingrediente motivacional a las actividades escolares. Estas herramientas, utilizadas de forma adecuada, contribuyen a la adquisición de las competencias básicas digitales, al desarrollo de habilidades cognitivas, y favorecen la realización de actividades cooperativas.
Las tabletas, en concreto, destacan por su manejo intuitivo, que puede favorecer la autonomía en el aprendizaje. Así como por la comodidad que supone el acceso inmediato a multitud de fuentes de información y recursos. También por su portabilidad, que permite utilizarlas en cualquier momento, dentro y fuera del aula.
Con este objetivo nace Cliqlite, una iniciativa de Etisalat, la empresa de telecomunicaciones de los Emiratos Árabes Unidos. Cliqtile combina la tableta con un servicio de suscripción a contenidos educativos. Se trata de un servicio educativo pensado para favorecer el aprendizaje en el hogar. Y funciona bajo diferentes modelos de suscripción, con el objetivo de adecuarse a distintas necesidades de cada familia.
El servicio ha sido concebido con el objetivo de favorecer del aprendizaje a través del juego. En línea con Curious World de Houghton Mifflin Harcourt, que también ofrece acceso a contenidos digitales interactivos mediante suscripción. Si bien, este último servicio se dirige a niños y niñas de entre tres y siete años. Mientras que, Clicqlite ha sido creado para usuarios y usuarias de ocho a quince años.
Ambas iniciativas responden al interés de promocionar a los chicos contenidos que favorezcan la adquisición de conocimientos. Porque, como todos sabemos, sólo con el aparatito no vale. Hay ofrecer contenidos de calidad y propuestas en torno a ellos que favorezcan el aprendizaje y la adquisición de destrezas.
