Que disfruten, que estén entretenidos, que hagan y aprendan cosas nuevas… Son muchas las razones que mueven a padres y madres a organizar actividades para sus hijos en vacaciones.
Las vacaciones de verano de los niños son muy largas (aunque al final se pasen muy pronto, como todo). Muchos padres y madres buscan estos días actividades con las que sus hijos disfruten de su tiempo libre, también los que buscan propuestas entretenidas pero con un enfoque más didáctico que les ayuden a reforzar la adquisición de un idioma, aprender algo nuevo…
La lectura es una actividad muy presente también en verano. Son muchos los profesores que entregan a sus chicos listas de lecturas recomendadas para que disfruten de su lectura estos meses. También son muchos los padres y madres que llevan a sus hijos a una biblioteca o a una librería para que elijan alguna obra; y los chavales que motu propio aprovechan estos meses para disfrutar de las lecturas que tienen pendientes.
Cualquier opción es buena. Entre otras cosas, porque las habilidades lectoras (al igual que el resto) hay que ejercitarlas y no hacerlo durante un periodo amplio de tiempo como puede ser el verano las merma considerablemente. Tres meses de inactividad lectora pueden provocar un retroceso tan significativo de capacidad lectora que provoque que la vuelta al cole en septiembre resulte especialmente frustrante.
Tal y como avanzábamos, cualquier opción para practicar la lectura es recomendable, pero la mejor según un estudio es la elección autónoma de lecturas por parte de los niños. Desde los prelectores a los lectores avanzados, pasando por los primeros lectores y los lectores intermedios, es importante que los animemos a elegir alguna lectura para estas vacaciones. Por lo que, desde este espacio, os invitamos a acompañar a vuestros hijos a una biblioteca, a una librería, a navegar por Internet en busca de esas obras que quieran que los acompañen a la piscina, a la playa, a la montaña… estos meses.